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PRINCIPIO DE ESPECIFICIDAD

 


El principio de especificidad dice que debemos entrenar las cualidades físicas en las condiciones concretas que nos demanda la competición.
Es decir, hay que entrenar lo que se va a competir, o lo más semejante posible. Esto se fundamenta en el hecho biológico de que las adaptaciones se producen sobre los órganos y sistemas concretos que entrenamos, y no otros.
Por tanto, el entrenamiento deberá tener una parte muy específica, que variará en función del deporte, de la edad del deportistas, del nivel deportivo, del momento de la preparación en el que se encuentre, etc.…


Tipos de especificidad

Podemos considerar varias formas de especificidad. La aplicación de este principio se basa en hacer que los entrenamientos se asemejen en ciertos aspectos a la competición, pero ese parecido puede darse desde diferentes perspectivas.



Especificidad metabólica

a especificidad metabólica se aplica a los sistemas energéticos movilizados durante el ejercicio. Como ejemplo podemos tomar un corredor de fondo cuya prueba demande un porcentaje determinado de VO2max. Para realizar entrenamientos con cierta especificidad metabólica no sería necesario correr, si no que podría hacer una sesión de bicicleta, elíptica o carrera en el agua, siempre a la intensidad determinada que se ha definido como específica.


Especificidad biomecánica

La especificidad biomecánica actúa sobre los sistemas músculo-esquelético y nervioso. Hace referencia al tipo de movimiento del ejercicio, y existen varios factores que podemos analizar:

  • Gesto o patrón de movimiento: Las principales mejoras del rendimiento se producen en los mismos movimientos que implican a los grupos musculares implicados, en una posición y ángulos de ejecución determinados.
  • Tipo contracción. También se ha observado que la adaptación es específica del tipo de contracción que realizamos. Por tanto, tendremos que determinar qué tipo de contracción se produce en un gesto determinado y entrenar en ese régimen de contracción.
  • Velocidad de contracción. Además de las anteriores, la velocidad a la que se ejecuta un movimiento también es determinante a la hora de mejorar una cualidad o gesto determinado.
 

Especificidad contextual

Aparte de la especificidad de las propias tareas del entrenamiento, también existen otros factores externos que determinan cuán específico es un entrenamiento. Existen infinitos factores que debemos intentar imitar en los entrenamientos para que sean lo más específicos posibles, expongo aquí los que me parece más relevantes.

  • Especificidad de las condiciones ambientales: Temperatura, humedad, altitud…
  • Especificidad del material: Superficie de entrenamiento, implementos, calzado…
  • Especificidad en el entorno: Incertidumbre espacio-temporal, compañeros, rivales, elementos desestabilizadores (público, ruído, etc…)
  • Especificidad psicológica: Motivación, presión, grado de activación, foco de atención…

 

Tipos de estímulos y mejora en el rendimiento.


Debemos tener en cuenta que dependiendo del estímulo que apliquemos durante nuestro entrenamiento, se produce una respuesta específica relacionada con el movimiento ejecutado durante el ejercicio.
En función de estos estímulos, cuando entrenamos fuerza, se producen una serie de adaptaciones en los mecanismos neuromusculares que son específicos de las fibras musculares que se han solicitado en dichos movimientos.
Por el contrario, si nuestro entrenamiento está basado principalmente en resistencia, las adaptaciones que se provocan, en lugar de ser neuromusculares, se producen en las mitocondrias y en los capilares debido a que la energía utilizada es principalmente aeróbica. Por ello, la resistencia está ligada a la mejora del sistema cardiovascular.


Si entrenamos flexibilidad, debemos saber enfocar bien dichos entrenamientos, teniendo en cuenta el deporte que practicamos para que se acerque la distribución de ejercicios lo máximo posible a los movimientos que realizamos en nuestra disciplina deportiva.
En muchas ocasiones, incluso cuando realizamos actividades con las mismas características de movimientos y energía, las respuestas que se obtienen son distintas en relación al tiempo de actividad motora utilizado.

Lo que quiere decir esto es, que si realizamos entrenamientos aeróbicos como por ejemplo running y otros días entrenamos ciclismo, a pesar de ser ambos aeróbicos, la mejora que se produce en cuanto a rendimiento es superior en el caso del entrenamiento en carrera.
Mejora de resistencia gracias a la fuerza.

Algo que muchos corredores y personas dedicadas a la resistencia todavía no entienden es la importancia que tiene el entrenamiento de fuerza en la mejora de su rendimiento. Existe na una transferencia positiva, si se combinan de forma correcta los entrenamientos de resistencia con los de fuerza dentro de una misma rutina deportiva. 
Un ejemplo clásico de la especificad de movimiento es la mejora que se produce en el ángulo del recorrido articular cuando realizamos entrenamientos específicos de fuerza. Si entrenamos nuestras piernas a base de sentadillas, ganando fuerza, haremos que el movimiento de la rodilla al correr, cause menor impacto y con ello evitaremos lesiones y ganaremos economía en carrera.



Lo que esperamos al realizar los distintos entrenamientos durante una temporada, es sin duda alguna mejorar nuestro rendimiento y nuestras marcas. Cuando somos novatos o acabamos de comenzar a entrenar, prácticamente cualquier estímulo nos va a ayudar a progresar.
Pero a medida que nos acercamos a nuestro límite máximo, cada vez es más difícil realizar el estímulo correcto y la estructuración del entrenamiento se vuelve más compleja.
Es importante elegir bien los ejercicios en nuestras rutinas de entrenamiento, realizando de forma correcta la ejecución de cada movimiento. En términos generales, debemos buscar un peso que nos permita ejecutar el movimiento de forma correcta en lugar de intentar mover de forma correcta, el peso que nosotros deseamos.

Opiniones de algunos autores


El principio de especificidad debe estar basado en un desarrollo sólido del principio de multilateralidad, ya que sólo mediante una buena preparación general se pueden conseguir elevados rendimientos específicos (Rodríguez y Moreno, 1997).

Para Platonov (1988), el entrenamiento general se compone por ejercicios que mejoran la salud y aumentan las posibilidades funcionales generales, y el entrenamiento específico está formado por ejercicios que perfeccionan un campo especializado de una actividad.

La preparación general crea la base para la preparación especial (Matvéiev, 1980) y sólo mediante una buena preparación se pueden conseguir elevados rendimientos específicos (Platonov, 1988).

No obstante, la preparación general debe reflejar al mismo tiempo las particularidades de la especialización deportiva (Matvéiev 1980).
Para muchos autores (Matvéiev, 1980; Platonov, 1988) la preparación general debe primar en los niños y paulatinamente ir descendiendo hasta ser una parte mínima en los deportistas de élite.
Todo lo comentado anteriormente no hace más que resaltar la importancia del principio de especialización en determinadas etapas del proceso de iniciación y perfeccionamiento deportivo. Para algunos autores esta especialización es fundamental a partir de los 12 años y para otros autores es un principio a tener muy en cuenta a partir de los 10 años con la intención de adquirir elementos técnicos básicos para su evolución posterior. Pero, independientemente de las discrepancias que puedan surgir entre diversos autores, lo más importante es que el principio de especialización es imprescindible en el desarrollo técnico y táctico de los distintos deportes colectivos

Según Tudor O. Bompa:
•  El principio de especificidad surgió de la idea de que el programa óptimo de entrenamiento de la fuerza debía ser específico. Mathews y Fox (1976) convirtieron esta teoría en un principio del entrenamiento según el cual los ejercicios o tipo de entrenamiento específicos para las técnicas de un deporte se traducen en una adaptación más rápida y una mejora del entrenamiento con mayor rapidez. “Para que sea eficaz y logre una mayor adaptación el entrenamiento debe diseñarse de modo que desarrolle fuerza específica para el deporte. Todo programa de entrenamiento de la fuerza y todo método de entrenamiento seleccionado deben tener en cuenta el sistema de energía dominante en el deporte y los motores primarios implicados. La especificidad del entrenamiento también es el mecanismo más importante para la adaptación neuronal a cada deporte específico. Hay que sopesar cuidadosamente cual es el sistema de energía dominante en todo deporte. Por ejemplo, el entrenamiento de resistencia muscular es más apropiado para los deportes de resistencia como el remo, la natación de fondo o el patinaje de velocidad.  También hay que plantearse cuáles son los grupos de músculos específicos implicados (motores primarios) y los patrones de movimiento característicos del deporte. También deben mejorar la potencia de los motores primarios. Normalmente, las mejoras en la potencia se transfieren a la técnica.”

Según Zatsiorsky:
•   “La especificidad del entrenamiento se podría describir, como un tema de transferencia del entrenamiento. Imagine, por ejemplo, a un grupo de jóvenes deportistas que han entrenado durante un determinado periodo de tiempo con un ejercicio (sentadillas con barra). Al final, su rendimiento se incrementó. Supongamos que la ganancia de todos los deportistas fue de 20 kg. ¿Qué sucederá con el rendimiento de estos deportistas en otros ejercicios, como el squat jump, sprint o nado estilo libre? Podríamos predecir que el rendimiento en estos ejercicios se podría incrementar en diferentes porcentajes. El incremento podría ser importante en squat jump, relativamente pequeño en sprint y prácticamente nulo en nado estilo libre. En otras palabras, la transferencia de los resultados de entrenamiento de la sentadilla hacia otros ejercicios es variable. En unos se observará una mayor transferencia (y por tanto menor especificidad) y en otros una menor transferencia (y por tanto mayor especificidad).”

Bompa escribe:
 •       La especificidad debe aplicarse solo con deportistas avanzados durante la fase competitiva. Los deportistas solo perfeccionan la fuerza dominante en su deporte seleccionado. El uso erróneo de la especificidad provoca el desarrollo asimétrico o poco armonioso del cuerpo y desatiende los músculos antagonistas y estabilizadores.

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Ponerte en forma no debe ser una experiencia tortuosa. Algunas veces los músculos se sentirán doloridos, pero ejercitarte debe ser divertido...